La adicción a los videojuegos no para de crecer.
La OMS lo ha catalogado como un trastorno.
Se puede identificar fácilmente cuando se trata de una adicción patológica :
Dejar de lado las relaciones sociales personales ( familiares, amigos…).
Robar horas de sueño para jugar.
No ser capaz de autolimitarse el tiempo de juego.